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¿Por qué debemos hablar de la muerte?

La sociedad moderna ha convertido la muerte en un tema tabú, en el que preferimos no pensar y mucho menos hacerlo parte de nuestra vida.

A diferencia de otras culturas, los occidentales vemos la muerte como algo que hay que combatir y vencer. Antes se moría en la casa, rodeado de la familia, amigos y hasta los niños eran partícipes del proceso. Ahora es algo que ocurre mayormente en hospitales, fuera del entorno familiar.

Sin embargo, no importa cuánto queramos ignorar el asunto, cuando cuidamos a un adulto mayor, eventualmente será necesario abordar el tema.

La muerte como proceso natural

“La vida es un proceso de transformación, pero en nuestro contexto no vemos la muerte como parte de la vida”, subraya Delza Canto, tanatóloga, trabajadora social y profesora universitaria. Asegura que parte de esta actitud de negación se debe al miedo a lo desconocido y al sufrimiento que representa desprendernos de la presencia física de nuestros seres queridos.

Sin embargo, ese acto de negar la muerte y no prepararnos para ella le roba significado a nuestra propia vida y a la de nuestros familiares y amigos. “Ser consciente de tu propio fin, te hace valorar todavía más tu vida, te ayuda a fortalecer lazos y a decidir cómo quieres vivir plenamente”, asegura Canto.

Entre las recomendaciones que ofrece esta profesional para comenzar la discusión contigo mismo y con tus allegados, se encuentran:

  • Educarte sobre el tema.
  • Familiarizarte con las emociones y sensaciones que te provoca y aprender a trabajar con ellas
  • Llamarla por su nombre e ir introduciendo el tema en nuestras familias
  • Celebra la vida y, precisamente porque es finita, aprecia su valor y significado.

Cuando se acerca el final

“Cuando el médico nos dijo que ya no había nada que hacer por papi y que nos recomendaba que consideráramos ponerlo en hospicio fue un golpe duro”, recuerda P. Fernández, quien junto a su familia, tomó la decisión en 2014 de pasar a su padre a cuidado de hospicio.

Cuenta que su papá tenía 90 años cuando le diagnosticaron cáncer. “No es que esperábamos que se curara, pero se sentía como dejarlo morir. Hoy puedo decir que ponerlo en hospicio fue la mejor decisión para él y para nosotros. Murió en la casa, tranquilo y con su familia”. Explica que durante ese tiempo en hospicio su padre recibió los cuidados necesarios para estar lo más cómodo posible.

“Los cuidados que ofrecen los programas de cuidado paliativo y hospicio están disponibles desde hace años. Sin embargo, todavía hay mucho desconocimiento sobre qué son y cómo funcionan. No solo es desconocimiento de parte de los pacientes y sus familiares, también como médicos estamos aprendiendo a ver estas opciones como parte del continuo de tratamiento médico”, explica la Dra. Jadeyra Rivas, directora médica de prestación de servicios de Medicare Advantage de Triple-S.

Señala que también por razones culturales y el tabú que representa hablar de la muerte, muchos pacientes y también cuidadores no miran la opción de hospicio y optan por continuar con tratamiento médico aunque no haya posibilidades reales de cura.

Para los pacientes y sus cuidadores estas opciones ofrecen “el alivio de contar con un equipo multidisciplinario que les va a ayudar a manejar una enfermedad compleja o la etapa final de una condición terminal”, indicó.

Por su parte, Canto recomienda a quienes se enfrentan a un proceso de muerte—propio o de un ser querido—a hablar con honestidad y abordar el cuidado médico desde una perspectiva realista. Si no hay cura, cuáles son las alternativas. “Es importante educar sobre el tema. Sacarlo de la oscuridad y ponerlo desde la perspectiva del proceso de la vida.”

Cuidados paliativos y hospicio: qué son y cuál es la diferencia

“El cuidado paliativo y de hospicio aunque tienen elementos en común no son lo mismo. El primero está enfocado en dar alivio al sufrimiento físico para aquellos pacientes que tengan alguna condición crónica, pero que no necesariamente es una enfermedad terminal. El cuidado paliativo toma en cuenta aspectos físicos, mentales sociales y espirituales del paciente y utiliza medicamentos y tratamientos para mejorar la calidad de vida. El objetivo es acompañar al paciente en todas las fases de su enfermedad hasta su cura o transición a otra etapa de cuidado”.

La doctora Rivas menciona que entre quienes se pueden beneficiar de este tipo de cuidado se encuentran personas que lidian con una enfermedad seria como fallo cardiaco, enfermedad obstructiva pulmonar (COPD, por sus siglas en inglés), cáncer, diabetes y enfermedades del riñón e hígado, entre otras.

“En el caso del cuidado de hospicio, esto está disponible para personas que tienen una enfermedad terminal y ya no hay opciones médicas reales para que el paciente se cure. El enfoque en este caso es ofrecer los servicio y cuidados necesarios para que la  persona esté confortable e irle preparando emocional y espiritualmente a él y a su familia para esta etapa final de su vida”, explica la doctora Rivas. La diferencia principal con cuidado paliativo subraya, es que en el cuidado de hospicio ya no se utilizan tratamientos o medicamentos para prolongar la vida. También aclaró que para entrar al programa de hospicio debe haber una recomendación médica, por- que el médico entiende que el paciente tiene seis meses o menos de vida.

Innovador programa para pacientes vulnerables

“Me enorgullece que en Triple-S podemos cuidar a una persona desde que es un bebé por nacer hasta sus últimos momentos de vida. Como parte de esa filosofía, hemos desarrollado un programa especial que combina tanto el cuidado paliativo y el de hospicio para nuestros pacientes más vulnerables, expresó la doctora Rivas. Explicó que el programa cuenta con la participación inicial de dos organizaciones expertas en cuidado paliativo y hospicio: Grace Health y Brisas Health. Añadió que los afiliados de Triple-S Advantage y sus cuidadores pueden consultar sobre sus opciones comunicándose con personal del Programa de Hospicio y Cuidado Paliativo escribiendo a tripleshospiceprogram@ssspr.com o llamando al 787-749-4949 Ext. 8321806.

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