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Glamaris Valentín Cameron migentegrande.com
Antes de comenzar este escrito, hice algo que nunca hago. Sentada miré hacia el piso y toqué la tela de la silla, como buscando valor, fuerza y coraje para escribir la primera línea.
El tema de seleccionar un hogar de cuidado prolongado para tus adultos mayores nos aterroriza y paraliza. Exactamente lo contrario a lo que nos debe suceder. Vamos a verlo parte por parte.
La realidad
Los cuidadores, al menos en mi familia, somos bastante proactivos con los asuntos de nuestros adultos mayores. Sin embargo, le sacamos el cuerpo a la decisión de seleccionar un hogar de cuidado prolongado.
Les explico, en mi casa mis padres gozaron de salud e independencia hasta que mi padre enfermó a los 80 años. En ese momento mami contaba con 75 años, estaba súper saludable, activa y manejaba su auto. Así que sin pensarlo o conversar como familia, mami se convirtió en la cuidadora de papi. Mi papá sufrió de la enfermedad de los cuerpos de Lewy, una condición neurológica que presenta síntomas de Alzheimer y Parkinson. Esta condición le limitó sus movimientos hasta encamarlo, por lo que mami tuvo que asistirlo en todas las funciones las 24 horas al día. Yo me convertí en su co-cuidadora apoyando a mi mamá durante más de 5 horas, 6 días a la semana. Pero nunca fue suficiente, ambas nos sentíamos cansadas, y muchas veces yo tenía serias dudas si lo estábamos cuidando con las técnicas correctas. Esa inseguridad no nos permitía dormir correctamente, un ciclo bastante común entre los cuidadores del que es muy difícil salir.
La cuidadora no es un robot
Mami, con 75 años, se convirtió en enfermera, terapista, nutricionista y mil cosas más para papi. Cuidar de mami, como sobreviviente de cáncer de seno, paciente de tiroides y neuropatía se convirtió en mi segunda meta más importante (después de asegurarnos que papi tenía calidad de vida). Ella, acostumbrada a ir al gimnasio tres veces en semana ya no podía hacerlo y su salud se desgastó. Entonces nuestro pánico era, “si mami se enferma ¿Quién cuidaría de papi?” Yo sabía que era mi responsabilidad convertirme en la cuidadora principal pero necesitaba trabajar y lo peor era que yo no tenía las destrezas que mi mamá había desarrollado rápidamente.
El papá de Marta Luz
Cuando mami recordaba que su amiga Marta Luz había tenido la misma situación con su padre, sentíamos un poco de esperanza. Marta se vio en la necesidad de internar a su padre en un hogar de cuidado prolongado porque desarrolló un comportamiento violento. Sin embargo, ella lo visitaba todos los días, le llevaba el almuerzo fresco y majado y le daba la comida. Muchas veces mami llevaba a su amiga Marta al hogar y confirmaba las condiciones de limpieza y calidad de vida del paciente. Desafortunadamente la experiencia de Marta Luz no era suficiente para nuestros corazones de esposa e hija.
La mamá de Jeannette
Marta no es mi única inspiración. Mi amiga Jeannette, es hija única y su madre desarrolló Alzheimer sumamente joven. Jeannette sin hermanos, con un hijo pequeño y un trabajo complicado tuvo a su madre décadas internada en un hogar de cuidado prolongado. Diferente a otras personas, Jeannette hablaba de su mamá todo el tiempo y compartía sus planes con los compañeros del hogar de cuidado prolongado donde vivía su mamá. Ella era la persona que visitaba el hogar con un bizcocho cada vez que uno de los residentes cumplía años y se aseguraba que disfrutaran de momentos de recreación. Su compromiso con el hogar se selló durante el paso de un poderoso huracán por Puerto Rico. Jeannette se dedicó a buscar generadores de energía, combustible y alimentos para los residentes del hogar, se convirtió en la mano amiga de la dueña del hogar de cuidado prolongado.
Aún con los ejemplos de Marta y Jeannette, en casa hablábamos muy poco del tema y nunca nos animamos a visitar un hogar y evaluarlo. Les confieso que eso me mantuvo en pánico constante cuando mami, la cuidadora principal de mi papá, enfrentaba situaciones de salud. Y por más que ella lo evitó, llegó el momento. Mami necesitaba un reemplazo de rodilla.
La cuidadora 24 horas ya no puede más
Cómo parte del proceso de preparación para la operación de mami, hice cientos de preguntas a los profesionales de la salud sobre el tiempo de recuperación de mami. Por primera vez nos planteamos cómo cuidar a mi padre encamado. Decidimos que yo asistiría a mami en su estadía en el hospital y mi hermano cuidaría de mi padre en la casa.
En el proceso por primera vez conversé del tema con un profesional de la salud mental que me dijo “¿Sabes que la mayoría de decisiones con los adultos mayores se toman en medio de una emergencia y sin tiempo para evaluar correctamente cada opción?” ¡Claro que lo sabía! Si en nuestro caso enfrentamos problemas por no hacer las preguntas correctas a tiempo al tomar decisiones delicadas.
Cómo le perdí el miedo al tema
Desde ese día decidí evaluar hogares de cuidado prolongado, no solo para mis padres y familiares. También para mí. Después de todo, cada ser humano pasará por ese momento. ¿Por qué no enfrentarlo desde ya? Es una etapa natural de la vida y debemos mantener una actitud positiva y planes concretos. Ahora miro los avisos comerciales y escucho a las personas que me hablan de sus experiencias de hogares de cuidado prolongado sin pánico. Anoto los centros que me indican que son buenos y ya voy ahorrando y planificando para ese momento en mi vida. Juro que le perdí el miedo al tema.
Preguntas que me dicta mi corazón de cuidadora
No me arrepiento de haber sentido miedo de buscar un hogar de cuidado prolongado para mis viejos. Aunque ese miedo me paralizó por un tiempo, me ayudó a descifrar mis prioridades para darle mejor calidad de vida a mis adultos mayores. Estas son las preguntas que me hago cada vez que me mencionan un hogar de cuidado prolongado.
Acceso:
¿Permiten visitas a cualquier hora? Evita los lugares con demasiadas restricciones a menos que no sea por alguna situación de salud pública como la pandemia. Debemos tener la opción de ver a nuestros familiares todos los días.
Presupuesto:
¿El adulto mayor tiene suficiente ingreso para el pago del hogar y los medicamentos y servicios médicos? ¿Necesitas que otros miembros de la familia cooperen? Importante que este tema se discuta lo antes posible. Aunque el adulto mayor esté en perfecto estado de salud.
Limpieza y aspecto general:
Visita a diferentes horas y déjate llevar por tu olfato.
Ventilación:
¿Es fresco el lugar? tienen acondicionador de aire para los días calurosos. Las ventanas se abren fácilmente.
Alimentos:
¿Quién los prepara?¿ Son libres de grasa y azúcar añadida? Prueba los alimentos, lo que no es bueno para ti, no es bueno para tus adultos mayores.
Recreación:
¿Realizan actividades para los residentes? tienen un espacio para caminar o pasear fuera de la habitación. Los residentes pueden escuchar radio o ver televisión.
Personal que atiende a los visitantes:
¿El hogar tiene médico asignado? Cada cuanto tiempo realiza una visita. ¿Las cuidadoras formales son enfermeras o tienen suficiente experiencia? ¿Cómo es la relación entre la administración y los empleados? ¿Es un ambiente tóxico y tenso? El elemento humano siempre es el más importante. El personal motivado y positivo siempre será más responsable con tus adultos mayores. Los lazos que los familiares creamos con los cuidadores formales nos ayudan a entender y ver la vejez como una etapa natural de la vida.
Experiencias de otros cuidadores:
¿Qué comentarios escriben en redes sociales los usuarios de esos hogares para ancianos? Investiga primero con las personas que conoces y luego busca en Facebook las calificaciones de cada lugar que estés evaluando. Investiga el nombre del propietario del hogar de ancianos y verifica con las autoridades si tiene querellas u otro tipo de irregularidad bajo el nombre de otro negocio.
Lo que dicen los expertos
Medicare, en su página de internet https://www.medicare.gov, ofrece una lista detallada de la inspección que debes hacer antes de decidir una institución de cuidado prolongado para ti o tus adultos mayores. Entre las preguntas más importantes se encuentran:
Estoy segura que en el futuro nos esperan propuestas creativas para el cuidado prolongado de los adultos mayores. ¿Qué les parece si nos unimos para desarrollar un nuevo modelo de hogares cooperativas en los que los adultos mayores tomarán cada detalle de salud y calidad de vida? Es una etapa natural de la vida y tenemos derecho a planificarla para disfrutarla con MI Gente Grande.
La autora es periodista y productora de televisión y editora de la página de Internet migentegrande.com que ofrece consejos para los familiares y cuidadores de adultos mayores en Puerto Rico. Además, construye un directorio digital de servicios de salud y calidad de vida para nuestros ancianos. Búscanos en Facebook y YouTube como Mi Gente Grande y se parte de nuestra comunidad de cuidadores. Para más información escribe a info@migentegrande.com.
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